domingo, 5 de junio de 2016

Ancianos maltratados en España

A todos nos parece hoy en día muy normal ver noticias sobre mujeres maltratadas, pero eso era impensable hace no tantos años, ya que no dejaba de ser un problema circunscrito al ámbito familiar. Eso sigue ocurriendo con el maltrato a niños y a ancianos, que cualquiera diría que es irreal, porque es obvio que lo que no sale en la televisión no existe. Pero desgraciadamente es un drama que está ahí para miles de personas cada día, aunque sea noticia solo de vez en cuando.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el maltrato a ancianos se puede definir como “un acto único o repetido que causa daño o sufrimiento a una persona de edad (…), que se produce en una relación basada en la confianza”.


Anciana

La violencia hacia los ancianos se detalla por vez primera, en el año 1975, en distintas publicaciones científicas de Gran Bretaña. Pero es en el Congreso de los Estados Unidos donde se plantea por primera vez como un problema político y social.



Los ancianos son más vulnerables


Cada cierto tiempo sale una noticia en los medios de comunicación con el tema de los malos tratos a ancianos en las residencias. Actos deleznables, pero que parecen no importar mucho, ya que los encargados de velar porque estos hechos no ocurran no parecen tomárselo demasiado en serio. No se entiende de otro modo que se pueda tener a personas mayores atadas durante horas, medicadas de manera indiscriminada, sin ninguna higiene y en un abandono absoluto e inhumano. Porque se supone que estos centros están controlados por los responsables de cada comunidad autónoma, que deben realizar inspecciones cada cierto tiempo. Además, es obvio que lo que salta a los medios de comunicación no es más que la punta del iceberg.

Un estudio realizado por el Centro Reina Sofía, en el año 2008, sacó a la luz que aproximadamente 60.000 ancianos son maltratados en su entorno familiar, y el 5% de los cuidadores aceptaron que en algún momento habían violentado a las personas que atendían. Sin lugar a dudas, esa cifra se queda corta, ya que muchos mayores no se atreven a confesar las agresiones, además de que no se contabilizaron los maltratos en residencias.


Anciano

El anciano puede callar o negar el maltrato por distintas razones: por temor; por no perjudicar a su familia, aunque le estén agrediendo; por no darse cuenta que lo que sufre se puede catalogar de maltrato; por sentirse tan desamparado que no se atreva a hablar o por vergüenza.

A mayor edad y mayor grado de dependencia, aumentan las posibilidades del maltrato. Y de cada diez víctimas, seis son mujeres.

Respecto a los cuidadores que maltratan, el 75% son mujeres y el 25% hombres. Sin embargo, hay que saber que más del 80% de las personas que se ocupan de las necesidades de los ancianos son mujeres, y solo el 18% son hombres. Por lo tanto, el maltrato que llevan a cabo las mujeres es del 4´2%, mientras que en los hombres es del 6´38%.


La sociedad actual y los ancianos


La familia ha cambiado mucho en los últimos años y actualmente el cuidado de los ancianos raramente se reparte entre varias personas, sino que es una sola la que soporta la carga de esa responsabilidad. Esto provoca muchas veces que el cuidador, o cuidadora, se encuentre agobiado, sin recursos para afrontar la situación, con falta de tiempo y con sentimientos de culpabilidad. Y a todo eso se añade en ocasiones poca comunicación y hostilidades no resueltas entre los miembros de una familia.


Anciana

Normalmente la labor de cuidar al anciano recae sobre la mujer, que además todavía cumple la función, en la gran mayoría de ocasiones, de cuidadora de la familia y que ahora también trabaja fuera del hogar. Por lo que la situación llega a veces a extremos tan insoportables que provoca que algunas personas adopten actitudes violentas, siendo la víctima el anciano, o anciana, que está a su cuidado.

Obviamente cada caso es un mundo y no se pretende justificar la agresión, simplemente apuntar que el modo en el que está estructurada la sociedad fomenta la violencia en muchas ocasiones, en personas que no poseen los recursos económicos ni personales para ejercer de cuidadores.



Indicadores de maltrato físico


  • Heridas, hematomas o caídas inexplicadas.
  • Señales de que el anciano ha sido atado o inmovilizado.
  • Deshidratación o delgadez que no tienen relación con ninguna dolencia que padezca la persona.
  • Suplicas de ayuda o verbalización sutil de agresiones.
  • Indicios de falta de higiene o de cuidado del anciano.


Actitudes que pueden reflejar maltrato


  • Apatía.
  • Ansiedad.
  • El anciano habla poco y con cierto temor.
  • La persona rehúye la comunicación y el contacto con su cuidador.


Indicadores de agresión sexual


  • Variaciones inesperadas en el comportamiento.
  • Infecciones genitales repetidas.
  • El anciano verbaliza que ha sido violentado.
  • Sangrado anal o vaginal sin explicación.


Indicadores de abuso económico


  • Variaciones anormales en el testamento.
  • Pérdida de joyas o efectos personales.
  • El anciano vive por debajo de sus posibilidades económicas.
  • Retirada de importantes sumas de dinero de su cuenta corriente.

El maltrato a ancianos no se detecta con facilidad, entre otras cosas porque a la sociedad no parece interesarle demasiado el problema. Esta humillación puede disfrazarse con varios ropajes, como maltrato psíquico, sexual, físico, económico o emocional. En muchas ocasiones van unidos, pues con seguridad un maltrato físico va fusionado con la violencia psíquica y emocional. En algunas ocasiones, ese maltrato se da sencillamente por negligencia.

Beatriz Moragues - Derechos Reservados


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