El 7 de octubre de 2023 pasará a la historia como uno de los días más terribles vividos por la humanidad, como tantos que ha habido a lo largo de los siglos. Pero no nos equivoquemos, el conflicto entre Palestina e Israel no comienza ese día. El pueblo palestino viene sufriendo desde hace setenta y cinco años una ocupación ilegal, aderezada con abusos, humillaciones y asesinatos. Todo ello permitido por la comunidad internacional y que ha propiciado el desenlace final. Un atentado terrible de Hamás, donde existen culpables claros y también muchos culpables por omisión, complices necesarios durante muchos años que han puesto su granito de arena para que la situación llegue a este punto de barbarie.
Sin dar la más mínima oportunidad a la diplomacia y al diálogo, se ha impuesto el lenguaje de las armas, la deshumanizacion de todo un pueblo, la masacre y el genocidio. La víctima de años pasados convertida en verdugo. Pero lo que de verdad se ha impuesto es el inmenso negocio de la venta de armas, los intereses de la geopolítica y la locura desatada de un grupo de individuos borrachos de sangre y destrucción, que no van a detenerse si no se les obliga.
Un poco de historia
En el año 1967, en la Guerra de los Seis Días, Israel ocupa de forma ilegal Cisjordania, Jerusalén Este, Gaza, los altos del Golán sirios y el Sinaí egipcio. Excepto el Sinaí, que se le devuelve a Egipto tras la firma de los acuerdos de Paz de Camp David en el año 1979, el resto de territorios siguen ocupados en la actualidad.
Desde el año 2007, los gazatíes tienen verdaderos problemas para salir de la Franja de Gaza, al mismo tiempo que la entrada de productos básicos para la vida se da con cuentas gotas. La Franja es una cárcel al aire libre, donde malviven casi dos millones de personas, de los cuales más de la mitad son niños y niñas.
En Cisjordania los palestinos tienen su libertad limitada, sus movimientos son controlados por el ejército israelí y muchos niños y niñas se levantan en la madrugada para enfrentarse a los controles del ejército y poder llegar a sus centros educativos. En ocasiones pueden hacerlo y en otras no, ya que las decisiones de los soldados son totalmente arbitrarias.
A todo esto hay que añadir las detenciones sin motivo y la ocupación ilegal de los colonos, que expulsan a los palestinos de sus casas y de sus tierras, y en ocasiones los asesinan, apoyados y alentados por el ejército israelí. Todos estos hechos se han agudizado desde los ataques de Israel.
Gaza, el genocidio en las redes
A día de hoy, más de 25.000 personas han sido asesinadas por el ejército israelí en Gaza, de las cuales más de 10.000 son niños y niñas. Mientras, Estados Unidos sigue bloqueando las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, apoyando sin fisuras al Estado de Israel y enviando armas, con el beneplácito de la mayoría de países europeos.
La escalada de violencia en la zona está ya salpicando a otros países, y en realidad nadie sabe como va a acabar esto. El Líbano y Hezbolá, Irak, Siria, Yemen, Irán, todos ellos en una zona que es un verdadero polvorín, y Estados Unidos y Europa fumando sobre él. Cada día que pasa, con más asesinados y más niños mutilados, más riesgo existe de que este conflicto nos arrastre a todos.
Es asombroso como los gobiernos occidentales se erigen en guardianes de los Derechos Humanos, mientras siguen permitiendo esta salvaje carnicería donde están perdiendo la vida un inmenso número de personas, entre ellos miles de niños y niñas. Hay que decirlo muchas veces, para que nadie pueda decir que no lo sabía. Han convertido Gaza en un cementerio de niños, cuyas fosas todavía no se han cerrado.
Los periodistas gazaties se están dejando su vida y la de sus familias por informar de lo que allí está ocurriendo, si no fuera por ellos, no sabríamos lo que pasa, ya que la prensa extranjera tiene prohibida la entrada. Los profesionales de la salud son otros que están pagando con su vida esta locura, porque muchos se niegan a abandonar a sus pacientes, a pesar de saber el peligro que corren. Todos ellos están siendo atacados y asesinados por el ejército israelí, que se ha saltado totalmente el Derecho Internacional y está perpetrando una matanza que saca a la superficie lo peor del ser humano. Imágenes tan execrables como ver a los soldados mofarse del sufrimiento y la muerte de los palestinos, nos muestran la miseria humana y del mundo que habitamos, sin ponerle ningún tipo de filtro.
Apoyar a Palestina es defender los Derechos Humanos, es defender a nuestros hijos, a nosotros mismos. Es defender la vida y condenar el asesinato de población civil, porque cuando no se pone límite a la maldad, la maldad acaba por alcanzarte a ti también. Los Derechos Humanos no son de los palestinos, los Derechos Humanos son de todos.
Porque como dice la periodista Olga Rodríguez: Lo que se creó después de la Segunda Guerra Mundial, con la carta de los Derechos Humanos, se está viniendo abajo desde hace unos meses y no podemos permitirlo, porque las consecuencias serán terribles para todos. El "todo vale" propicia que hoy sean los palestinos, pero mañana podemos ser nosotros.
Beatriz Moragues - Derechos Reservados
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