Cuando escribí mi primer artículo sobre este conflicto, jamás imaginé que más de año y medio después no solo la masacre no habría cesado, sino que se habría transformado en un genocidio retransmitido casi en directo. Un exterminio sistemático que se ha desarrollado ante los ojos del mundo, con la complicidad silenciosa y a veces activa de actores internacionales como la Unión Europea. De Estados Unidos, francamente, ni merece la pena hablar.