domingo, 5 de junio de 2016

Farmacéuticas, el negocio de la enfermedad

Sería absurdo negar los beneficios de los medicamentos. Es obvio que salvan vidas, mejoran las dolencias de muchas personas y alivian el sufrimiento de otras tantas. Sin embargo, hay una parte oscura en la industria farmacéutica, una parte donde lo importante no es el bienestar de las personas, sino la rentabilidad económica que se puede sacar, incluso a costa de las propias personas. Se olvida con frecuencia que la industria de los medicamentos es, sobre todo, un negocio.


Pfizer, utilizando cobayas humanos

La industria farmacéutica es una de las actividades que más dinero mueve en el mundo. Como ejemplo, basta señalar que en el año 2004 la firma Pfizer facturó once mil millones de dólares de beneficios.
El negocio de la enfermedad
Muchas personas recordarán la película “El jardinero fiel”, protagonizada por Ralph Fiennes y basada en la novela de John Le Carré. La farmacéutica Pfizer es el centro de la trama de esta película, con los experimentos que realizó en niños nigerianos que padecían meningitis.
Esta multinacional probó un antibiótico en 200 niños de Nigeria, como si de cobayas se tratase, provocando la muerte de once de ellos y dejando importantes secuelas a los demás. Secuelas tan graves como sordera, dolores permanentes, daños cerebrales y ceguera.

Han pasado más de quince años desde aquellos sucesos y a día de hoy la práctica totalidad de las familias a las que esta farmacéutica destrozó la vida, todavía esperan respuestas. Pfizer de momento sólo ha pagado indemnizaciones a cuatro de las familias afectadas.


Inventando enfermedades

La invención de dolencias para recetar y vender fármacos es otro punto oscuro de la industria farmacéutica, un punto oscuro que ya se ha denunciado multitud de veces.
La estrategia farmacéutica es convertir etapas normales de la vida en enfermedades que necesiten medicación. Uno de los ejemplos más claros es la menopausia en las mujeres.
Otra forma de vender fármacos es convirtiendo datos que antes eran normales en anormales, y así aumentar la necesidad de tomar medicamentos. Es apropiado citar aquí el problema del colesterol, que propicia que cada vez haya más gente medicada, incluso personas que todavía no tienen cifras altas, pero a las que su médico les da pastillas para “prevenir”.

Medicamentos

Respecto a nuevas enfermedades psíquicas, casi cualquier cosa que se aleje de estar alegre las 24 horas del día se tiene la tentación de catalogarlo como patología: la tristeza, la introversión, los cambios en el estado de ánimo… Es decir, actitudes que siempre han sido normales ahora se catalogan como enfermedad.
El ritmo de vida de las sociedades modernas ha favorecido la aparición de distintas dolencias, como el estrés, la ansiedad, la depresión etc. Enfermedades que si bien es cierto que requieren de una acción terapéutica, los tratamientos farmacológicos sólo actúan paliando los síntomas y conllevan generalmente una serie de efectos secundarios que perjudican la calidad de vida de los afectados.

La gripe A, manipulación a escala global

El escándalo de la gripe A ha sido un hecho sin precedentes basado en la mentira, el miedo y el deseo claro de obtener un beneficio económico por parte de las farmacéuticas. Además, ha dejado en muy mal lugar a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El pasado año 2010, Wolfgang Wodarg, presidente de la Comisión de Salud del Consejo de Europa, culpaba abiertamente a la OMS de haber permitido y aceptado las imposiciones de las multinacionales farmacéuticas en lo referente a la gripe A.


El negocio de las farmacéuticas

Germán Velazques, que ha estado más de dos décadas en la OMS, afirma: “en estos últimos años he visto con tristeza como la OMS ha ido perdiendo su independencia y su credibilidad”.
Citar como curiosidad que actualmente las Fundaciones de Coca Cola, Bill y Melinda Gates y Nestle financian más del 50% de la OMS.

La vacuna contra el Virus del Papiloma Humano

La vacuna para evitar el cáncer de cuello uterino está provocando graves reacciones en multitud de niñas, que sufren después de vacunarse: fatiga, dolores de cabeza, debilidad muscular, pérdida de cabello, cambios de personalidad, dificultad para respirar, parálisis, erupciones cutáneas, pérdida de la audición… y multitud de efectos adversos más. Estas jóvenes y sus familias emprenden un peregrinaje de médico en médico o de hospital en hospital, intentando averiguar qué ha ocurrido y buscando una solución a sus nuevos padecimientos.

Vacunas

Multitud de voces han surgido contra la vacuna del VPH, asegurando su ineficacia y su peligrosidad. Pero lo cierto es que se sigue haciendo oídos sordos y quitándole importancia a los casos “problemáticos”, negándose a admitir la poca seguridad de esta vacuna y afirmando que las reacciones adversas no son más que casualidades.

Jugando con la salud

A pesar de que los informativos diarios no se caracterizan por sacar ciertos temas a la luz, lo cierto es que hoy en día existe suficiente información en internet sobre el tema de la industria farmacéutica con un enfoque crítico, además de diversos libros, tanto de autores españoles como extranjeros. Se puede citar al periodista español Miguel Jara o al biólogo alemán Jörg Blech, entre otros.

Medicina

Y termino precisamente con las palabras de Jörg Blech, autor del libro “Medicina enferma”, cuando afirma: El problema no es que se cometan errores, ni que se ampute la pierna equivocada o se deje una grapa dentro de la cavidad abdominal. El auténtico problema es que se aplican tratamientos médicos que se sabe de antemano que son inútiles y aun perjudiciales. El verdadero problema es el fraude endémico en el sistema sanitario”.

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