sábado, 4 de junio de 2016

Auschwitz, campo de exterminio

Es difícil mirar atrás, leer testimonios y documentación de aquellos días horribles y no sentir un escalofrío en el alma. Hay fechas que nunca deberían huir de la memoria, aunque lo deseemos, porque representan lo peor de la raza humana, lo más vil, lo más terrorífico, lo más cruel. Aquello que nadie quiere reconocer, pero que convive con  nosotros y salta al exterior al menor descuido. 


El campo de concentración


Los nazis fundan Auschwitz en la primavera de 1940, Auschwitz II recién estrenado 1942 y Auschwitz III en otoño de ese mismo año. Esos tres campos, al igual que otros tantos, fueron testigos de los crímenes más horrendos contra la humanidad. Se hacinaba a la gente en vagones para trasladarla a los campos, sin permitirles beber ni comer, ni proporcionarles ninguna forma de higiene personal. Multitud de prisioneros perecían en el camino, pero sus cuerpos sin vida quedaban allí hasta que el macabro convoy detenía su marcha.

A las personas que llegaban vivas, aterrorizadas y agotadas, se les obligaba a bajar e introducirse en los baños, donde debían despojarse de todas sus ropas y prepararse para que un “peluquero” les cortase el pelo al cero. Después les lanzaban la ropa del campo, para que se vistiesen.


El trabajo os hace libres


Los reclusos estaban obligados a llevar junto a su número de prisionero, un triángulo que indicaba su condición. El triángulo amarillo representaba a los judíos, el marrón a los gitanos, el verde a los criminales, el rojo a los presos políticos, el rosa a los homosexuales, el negro a los asociales, el violeta a los religiosos y el azul a los emigrantes.

Los prisioneros eran obligados a trabajar hasta la extenuación, hasta el punto que casi la totalidad de los campos de concentración de Auschwitz fueron levantados por ellos mismos.


Los niños en Auschwitz


Lo más normal en Auschwitz era que a los niños se los matase nada más llegar al campo, ya que no eran productivos. La mujer, fuera madre o abuela, que se hacía cargo del niño, también era asesinada de inmediato.

Los niños que no eran conducidos a la cámara de gas, pasaban prontamente a colaborar en la edificación de los hornos crematorios de Auschwitz II. Este “privilegio” no lo tuvieron las niñas, que eran exterminadas sin más dilación. Cuando la construcción de los crematorios finalizó, todos los niños ocupados en ese trabajo, pasaron a Auschwitz I donde se les asesinó con una inyección de fenol.


Así mataban los nazis


Debido a las condiciones de vida, la falta de higiene, la escasez de alimentos y el trabajo agotador, muchas personas morían antes de un año. Pero para los más resistentes, sus verdugos tenían diversas maneras de acabar con su vida:

  • La cámara de gas, con el Zyklon B, era una de ellas. Esta técnica se comenzó a aplicar a finales de 1941, y de este modo se llegaron a matar a más de mil personas en un día.
  • Los experimentos médicos eran otra manera, cometiendo atrocidades que muchas veces terminaban con la muerte del “paciente”.
  • El patíbulo era el fin de otros muchos presos, principalmente los que había intentado huir.
  • La inyección de fenol surgió en el verano de 1941. De este modo se terminaba de inmediato con la vida de las personas, inyectándoles el veneno en el corazón.

Placa conmemorativa en la entrada de Auschwitz
Placa conmemorativa en la entrada de Auschwitz

Todos los asesinados pasaban a los crematorios, que llegaron a calcinar a más de 5.000 personas en un día. Excepto en los meses del verano de 1944, que se llegó a la horrenda cifra de 24.000 muertes diarias.

Cuando ya no fue suficiente con los crematorios, se empezaron a quemar los cuerpos en piras en el exterior. Las cenizas se aprovecharon, entre otras cosas, para abonar los campos.

En Auschwitz se asesinó a más de 960.000 judíos, 74.000 polacos, 21.000 gitanos, 15.000 soviéticos y cerca de 15.000 personas procedentes de otros países, como Alemania, Francia, Checoslovaquia, Austria y Yugoslavia.


El final del holocausto


  • A finales de 1944 se procede a la destrucción de las cámaras de gas, ya cuando los nazis se percatan que lo tienen todo perdido.
  • En enero de 1945, sintiendo cerca a los soldados soviéticos, se empieza a asesinar a miles de personas y a desocupar al resto de Auschwitz.
  • El 27 de enero de 1945, el ejército soviético llega a Auschwitz, poniendo fin a la tortura de cerca de 7.000 personas, que ya se encontraban en muy malas condiciones.

Un siglo sangriento


El siglo XX ha sido posiblemente el siglo más sangriento de la historia. El infierno que vivieron miles de personas en Auschwitz es imposible de describir y de entender completamente por nadie que no haya estado allí. Por qué se permitió que las cosas llegarán a ese extremo, es tema de otro artículo quizá. De todos modos, no deberíamos olvidar las palabras de Albert Einstein al decir “El mundo no está amenazado por las malas personas, sino por aquellos que permiten la maldad”.

Beatriz Moragues - Todos los Derechos Reservados



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